La Historia de la Bolsa de Valores
- PEDRO MORENO
- 23 nov 2023
- 8 Min. de lectura

La bolsa de valores es una organización pública o privada que brinda las facilidades necesarias para que sus miembros, atendiendo los mandatos de sus clientes, introduzcan órdenes y realicen negociaciones de compra y venta de valores, tales como acciones de sociedades o compañías anónimas, bonos públicos y privados, certificados, títulos de participación y una amplia variedad de instrumentos de inversión.
El mercado de capitales constituye un mecanismo de inversiones y ahorros que sirve de respaldo a las actividades productivas y la Bolsa es una institución creada para lograr este objetivo.
La negociación de los valores en los mercados bursátiles se hace tomando como base unos precios conocidos y fijados en tiempo real, en un entorno seguro para la actividad de los inversores y en el que el mecanismo de las transacciones está totalmente regulado, lo que garantiza la legalidad, la seguridad y la transparencia.
Las bolsas de valores fortalecen al mercado de capitales e impulsan el desarrollo económico y financiero en la mayoría de los países del mundo, donde existen en algunos casos desde hace siglos.
Antecedentes
Puede decirse que las bolsas son el resultado de los distintos intercambios comerciales que tuvieron lugar a lo largo de la historia. Algunas civilizaciones como Grecia y Roma ya aplicaban horarios regulados para las transacciones comerciales.

El arranque de la operativa bursátil se El arranque de la operativa bursátil se sitúa en la Grecia antigua. Allí surgió el “Deigma”, una bolsa mercantil en la que comerciantes de distintas procedencias negociaban mercancías variadas. Estaba ubicado en lo que se conoció como “Piraeus”, que era el puerto de Atenas. De manera que el mercado o Deigma se ubicaba donde los barcos arribaban. Es lógico pensar que así fuera, pues los barcos al descargar su mercancía la vendían a la población que acudía. Aun así, no podemos decir que fuera, en sentido estricto, el precursor de las bolsas de valores, ya que lo que allí se negociaba era mercancía y no valores financieros.

El precedente más claro de la bolsa de valores es la basílica romana, que aparece unida a la actividad de los “publicani”, personas que en la antigüedad controlaban la recaudación de impuestos y la gestión de la mayoría de las empresas públicas.
Los publicanos eran quienes tenían el permiso de recolectar el dinero del imperio mediante el cobro de impuestos y de rentas por uso del suelo.
En cuanto a la basílica, éste era un edificio público utilizado para la administración de justicia, las operaciones financieras, actividades comerciales, etcétera. Por lo tanto, es correcto decir que la basílica romana, donde se reunían los publicanos, es el precedente de la bolsa de valores actual.

En la Edad Media, La Lonja se consolida
como la institución que evolucionará hasta la bolsa moderna. En las lonjas, los comerciantes se reunían para realizar la compraventa y la subasta de mercancías de tipo agropecuario, principalmente. Los reyes de Aragón fueron los primeros en el mundo en establecer una reglamentación para la actividad bursátil de la cual derivaron todas las normativas posteriores. Son precisamente las lonjas del Reino de Aragón, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca y Perpiñán, las que prefiguraron los rasgos de la bolsa de nuestra época.
Precisamente en esta época es cuando la Comunidad Sefardí tiene su mayor esplendor.
Estaba compuesta por judíos que salieron de Palestina durante la invasión romana en el año 70 DC. Aunque los judíos fueron dispersos a muchos otros países, aquellos que llegaron a Hispania fueron después conocidos como sefarditas.

Las actividades financieras de ellos incluían el préstamo de dinero y el cambio de monedas. Debido a que los cristianos consideraban a la usura un pecado, dejaron esa actividad a los judíos, de modo que éstos últimos fueron los acreedores de España por siglos. Una de las actividades de tipo financiero que tuvieron fue la de prestar el dinero que los reyes españoles necesitaban para sus guerras.
Se cree que el verdadero motivo de la expulsión de los judíos de España en 1492 se debió a que los reyes católicos, Fernando e Isabel, aconsejados por la iglesia, se negaron a pagar. Fue más fácil expulsar a los judíos que pagarles lo que se les debía.
Poco después de la expulsión, curiosamente, fue en la ciudad de Brujas (Bélgica), donde se inicia el impulso de la bolsa de valores moderna, precisamente el lugar donde fueron a establecerse los judíos expulsados.
En las ferias que tenían lugar en la ciudad de Brujas surgió el término bolsa. Y es que estas ferias se desarrollaban en el siglo XIV ante la residencia de un notable hombre de negocios conocido como el Caballero de las Bolsas.
La palabra "Bolsa" tiene su origen en un edificio que perteneció a una familia noble, de apellido “Van Der Buërse”, en la ciudad europea de Brujas, de la región de Flandes (actual Bélgica), lugar donde se realizaban encuentros y reuniones de carácter mercantil. El escudo de armas de esta familia estaba representado por tres bolsas de piel, los monederos de la época.

En aquellos tiempos, por el volumen de las negociaciones, la importancia de esta familia y las transacciones que en ese local se efectuaban, la gente le dio el nombre al sitio y a la función de "Buërse", y por extensión en todo el mundo se siguió denominando "bolsa" a los centros de transacciones de valores o de productos.
Brujas, que llegó a tener 100 000 habitantes, superaba en población a ciudades como Londres y París y fue un centro comercial de primer orden desde el siglo XIII al XV, el principal del norte de Europa, tanto por su condición de ciudad portuaria como por su muy intensa producción de textiles y especialmente los famosos “paños flamencos” reconocidos por su calidad, además de ser el centro de comercialización de diamantes más antiguo de Europa.
No obstante, lo que se considera la primera bolsa fue creada en Amberes, Bélgica, en 1460.
Dominicus Van Waguemakere ideó en la ciudad de Amberes, en 1531, el edificio gótico que iba a convertirse en el primer edificio oficial de bolsa del mundo, tal y como la conocemos ahora.
En esa bolsa continuaron las típicas operaciones bursátiles que habían empezado a desarrollarse en las ferias, sobre todo en las antiguas lonjas, pero surgieron otras nuevas, a la vez que apareció el

juego y la especulación.
Fue en Amberes donde aparecieron los seguros marítimos y de vida, los juegos de azar (muy similares a las loterías actuales), las apuestas y, junto a la compraventa de mercaderías, las operaciones sobre fondos públicos emitidos por varios Estados.
Es interesante hacer notar que el primer artículo sobre el cual se especuló desenfrenadamente en la Bolsa de Amberes fue la pimienta.
Posteriormente se creó la Bolsa de Londres, en 1570. Theodore Gresham, su fundador, logró emancipar a Inglaterra del mercado de Amberes en cuanto a necesidades monetarias, con la inauguración de la Royal Exchange, la antigua bolsa que actuaba como centro de comercio de Londres.

Sin embargo, durante el siglo XVII, los corredores de bolsa no tenían permitido entrar en este establecimiento, por lo que empezaron a operar en otros lugares, particularmente en la Jonathan’s Coffee-House.
Es aquí donde empezarían las primeras negociaciones organizadas en la ciudad de Londres en el año 1689, cuando el corredor John Castaing hizo pública una lista de precios de acciones y materias primas que compartiría en los cafés de la ciudad.
No obstante, no fue hasta 1761 que un grupo de 150 corredores de bolsa formó un club de compra y venta de acciones en un nuevo establecimiento, que con el tiempo recibiría el nombre de Bolsa de Valores. Años más tarde, en 1801, se constituiría formalmente la Bolsa de Londres tal y como la conocemos actualmente.
En 1595 aparece la Bolsa de Lyon, la primera de Francia.
La Bolsa de Valores de Ámsterdam es considerada la más antigua del mundo. Fue fundada en 1602 por la “Compañía holandesa de las Indias Orientales” para hacer tratos con sus acciones y bonos.
Posteriormente fue renombrada como Ámsterdam Bourse y fue la primera en negociar formalmente con activos financieros.

Las acciones de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales únicamente podían venderse recurriendo a la Bolsa de Ámsterdam. Todo ello traería problemas especulativos y daría lugar a la crisis de los tulipanes, la primera burbuja económica de la historia moderna.
Para garantizar la circulación de los títulos, la compañía aseguró un 3,5% de interés mínimo, y aunque se hicieron intentos legales para frenar la especulación, ninguno obtuvo resultados. El sistema de subasta fue aplicado inicialmente a las mercancías, aunque progresivamente se extendió a los valores y se fue perfeccionando hasta surgir el sistema de subasta colectiva tradicional que funciona en casi todas las bolsas.
La Bolsa de Ámsterdam también funcionó como mercado de productos coloniales. Publicaba semanalmente un boletín que servía de punto de referencia de las transacciones.
La especulación que tenía lugar en las bolsas de valores exigía cierta regulación. Por ello, en 1724 se implementó la primera Ley de Bolsas.
Lentamente, las bolsas de valores fueron ganando en importancia y se implantaron en otros países. Prueba de ello son bolsas como la de París (1724), Viena (1771) y Filadelfia (1790).
En cuanto a la Bolsa de Nueva York, sus antecedentes se remontan a 1792, cuando 24 comerciantes y corredores del puerto firmaron el acuerdo conocido como Buttonwood Agreement, en

el cual se establecían reglas para comerciar con acciones.
Fue oficialmente creada en 1817, cuando un grupo de corredores de bolsa se organizaron formando un comité llamado New York Stock and Exchange Board (NYSE) con la finalidad de poder controlar el flujo de acciones que en aquellos tiempos se negociaban con libertad, principalmente en la acera de Wall Street. En 1863 cambió de nombre por el de New York Stock Exchange (NYSE), nombre que conserva hasta nuestros días, y se estableció en Wall Street esquina con Broad Street dos años después.
En España, un siglo XIX repleto de guerras, obligó al estado español a emitir un gran volumen de fondos públicos para cubrir sus necesidades de tesorería. Esto aceleró el proceso de creación de las bolsas españolas. En 1831 nació la Bolsa de Madrid. Unas décadas después surgieron las de Bilbao (1889) y Barcelona (1915).
En el caso de México, la bolsa de valores se inició en 1850 con la negociación de títulos de empresas mineras. Pero no es sino hasta 1886 cuando se constituye la Bolsa Mercantil de México. Después de un tiempo de inactividad por la inestabilidad económica se inicia lo que fue la Bolsa de Valores de México SCL, en 1908.
En 1953 surge la Bolsa de Valores de Monterrey y en el año de 1975 se fusiona con la Bolsa de Valores de México, lo cual dio como resultado la nueva y actual Bolsa Mexicana de Valores. Desde 1995 la bolsa opera de manera electrónica por lo que ya no existe el sistema de subasta en el piso de remate.
Precisamente la aparición de la bolsa posibilitó el crecimiento y la expansión de compañías con grandes necesidades de capital. Todo ello ocurrió durante la Revolución Industrial, cuando las empresas industriales experimentaron un gran desarrollo gracias a los mercados de valores.
Pese a que durante buena parte del siglo XIX Londres fue el centro financiero del mundo, la bolsa de Nueva York fue ganando en importancia hasta llegar a superar incluso a la bolsa de la capital británica.
Sin duda, la destacada expansión económica de Estados Unidos tras la guerra de secesión favoreció la aparición de grandes empresas y, con ello, un gran crecimiento de la bolsa de Nueva York. Fue así como Wall Street se convirtió en el gran mercado de referencia mundial.
Pero no todo fueron idilios en la bolsa. Un claro ejemplo es el crack del 29 y la consiguiente Gran Depresión. Fue aquí donde la humanidad padeció las consecuencias de los movimientos en las bolsas de valores.
Tratando de amortiguar el impacto de la actividad de los mercados financieros en las economías nacionales, los Estados pasaron a jugar un papel cada vez más importante. De este modo, se imponían las tesis del economista británico John Maynard Keynes.

Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, las deas neoliberales defendían una reducción del papel del Estado en la economía y potenciaban la libertad de acción en los mercados financieros. Cabe destacar, en ese sentido, las medidas implementadas por el presidente estadounidense Ronald Reagan y por la primera ministra británica Margaret Thatcher, que apostaron por impulsar el papel de las bolsas de valores.
Pero, la bolsa no solo ha sido lugar para empresas tradicionales de corte industrial. Las nuevas tecnologías han visto en los mercados financieros una oportunidad para captar los recursos que necesitan. Así, han surgido índices con amplia presencia de las empresas tecnológicas como el Nasdaq, al tiempo que la bolsa se democratizaba y se volvía más accesible y digital para las inversiones de particulares.
excelente, gracias por compartir